En primer lugar, preparamos los tomates, lavándolos y quitándoles las partes duras. Una vez hecho esto, los troceamos y echamos en un bol grande (dónde prepararemos nuestro salmorejo) y los trituramos con la batidora para después añadir el pan “duro” troceado, para que se impregne con el tomate y se ablande durante varios minutos. Mientras, quitamos la parte central del ajo y lo incorporamos al bol, junto con la sal y volvemos a triturar con la batidora. Un truco para darle cremosidad al salmorejo es incorporar el aceite mientras se bate la mezcla. Una vez hemos alcanzado el punto ideal de nuestro salmorejo lo metemos en la nevera al menos 1 hora antes de servirlo ¡tiene que estar fresquito para combatir la ola de calor!
El momento más especial es cuando servimos el salmorejo en la mesa acompañado del huevo cocido en trocitos y unas lonchas de jamón de bellota 100% ibérico. Nuestra recomendación es optar por los loncheados a máquina o loncheados a mano (puedes encontrarlos en nuestra tienda online y recibirlos en tu casa en 24-48 horas), ya que el corte es ideal para este tipo de recetas, se pueden trocear de forma desigual o del tamaño que más guste a nuestros comensales.
¡Buen provecho!
